19 agosto 2007

La grandeza de nuestro espíritu.

Der mann hat einen grossen geist und ist so klein von taten (El hombre es grande en su espíritu y pequeño en sus actos).

Esta frase la dijo Ana Frank hace más de 50 años, pero bien podría describir la realidad actual de mucha de la población de Latinoamérica y de otros países del mundo.

Según puede verse, la mayoría de los países latinos va de mal en peor. Son patrañas esas que avientan los políticos y gobernantes en torno al pretendido crecimiento de tal o cual país.

La delincuencia cada vez es mayor, la tasa de desempleo alcanza niveles nunca antes vistos, las calles están cada vez más llenas de prostitutas, los sicarios cada vez son más comunes y hay una larga lista de calamidades que no terminaríamos de mencionar.

Existen:

¿Gobiernos corruptos? Sí... pero también hay ciudadanos que cooparticipan con tal corrupción. Si todos los ciudadanos fueran honestos, no habría un solo funcionario público corrupto.

¿Delincuentes? Sí, pero también hay legisladores mediocres, cobrando sueldos estratosféricos por hacer su trabajo deficientemente. El resultado son leyes (no solo las penales), que provocan todo un caos en la organización de una sociedad, que a su vez, generan altos índices de delincuencia.

¿Emisiones de TV estúpidas y degradantes? Sí, pero también gente que disfruta de ellas.

¿Pobreza y hambre? Sí, pero también gente perezosa que no mueve un dedo por cambiar esa condición.

¿Desempleo? De acuerdo, pero también gente que busca trabajo deseando fervientemente nunca encontrarlo.

¿Profesores politiqueros, huelguistas y holgazanes? Sí, pero también alumnos y padres de familia conformistas e igualmente holgazanes que no dicen nada ante la mediocridad de los maestros.

Señores, lo que necesitamos es ponernos a trabajar. Dejar atrás las apariencias y el "hacer como que hacemos", pero no hacemos nada. Dejemos de ser tan condescendientes con nosotros mismos y exijámonos más.

Nuestros países necesitan estudiantes que estudien, y no mediocres que vayan a la escuela a calentar un asiento.

Trabajadores que trabajen, que generen riqueza para el país y no holgazanes que la pasen tirados viendo el fútbol sin hacer nada.

Padres de familia responsables, que se preocupen por atender verdaderamente a su familia, en todo aspecto, no sólo en el económico.

Hijos cumplidos, que dejen la holgazanería y les respondan a sus padres como tienen que responder.

Políticos honestos y responsables que dejen la palabrería y cumplan con su electorado.

Funcionarios públicos cabales, honestos y conscientes de su enorme compromiso.

Cuando nos sensibilicemos y dejemos de ser tan tolerantes con nosotros mismos, cuando abandonemos la holgazanería y nos pongamos a trabajar y a estudiar, cuando dejemos la mediocridad en que vivimos y seamos "grandes en nuestros actos" y no sólo en nuestro espíritu, entonces y sólo entonces, seremos un país mejor.