04 julio 2011

El Gran Perdedor.

En la vida se gana y se pierde y la jornada electoral de ayer es un claro ejemplo de ello.

El resultado es incuestionable: carro completo para el PRI, que ganó en las 4 entidades donde hubo elecciones (Coahuila, Estado de México, Hidalgo y Nayarit), arrasando prácticamente en 3.

¿Quiénes perdieron y quiénes ganaron como resultado de esta elección?

Analicemos un caso: Estado de México.

En esta entidad hubo irregularidades desde la campaña misma.

Se utilizó la estructura del gobierno como si fuera propiedad del candidato oficialista, Eruviel Ávila Villegas (PRI).

Policías (inclusive uniformados), repartían despensas en las mismas patrullas que deben garantizar la seguridad de los mexiquenses y no servir como promotores del voto para el ex alcalde de Ecatepec.

Se ofrecieron cargos públicos, apoyo económico y hasta vehículos a cambio del voto; dinero en efectivo, cemento, tinacos, gorras, cubetas y todo tipo de baratijas fueron obsequiadas a lo largo y ancho del territorio mexiquense con un mismo objetivo: comprar la simpatía de los votantes.

Las inundaciones de aguas negras, causadas en buena medida por una obra pública cara y mal hecha, son sólo un pequeño eslabón de la gran cadena de corrupción ya característica del estado.

Éstas, causaron pérdidas millonarias entre la población, dónde lamentablemente, un niño resultó muerto. Los afectados protestaron y la respuesta del gobierno fue contundente: represión.

En internet circularon videos, en su mayoría filmados por ciudadanos, denunciando irregularidades de todo tipo. Uno de los que más me impactó, es aquel donde niños uniformados, en su propia escuela, en lugar de estudiar, fungían como obreros maquilando propaganda electoral para Eruviel.

Pero este tipo de videos, sólo pudo verse en internet. La la televisión, cómplice y manipualdora de opinión, desempeñó impecablemente su labor tendenciosa, atacando a la izquierda, alabando al PRI y ocultando las ilegalidades cometidas por este partido, desinformando a través de sus noticieros y programas de 'análisis' político.

El enorme dispendio de recursos y muchas otras irregularidades, harían que en cualquier país en donde se respete la legalidad, la elección fuera anulada, en el menor de los casos. Pero eso no sucederá, estamos en México. El PRI puede erigirse trinunfador.

Un partido que se dice 'nuevo', con gente joven y bien parecida, pero que sigue siendo el mismo viejo PRI, emblema de corrupción e ilegalidad, de negocios grises; represor e insensible que únicamente busca el poder por el poder y que en la realidad, nada le preocupa la gente.

El abstencionismo fue alto, lo cual le facilitó el camino al indiscutible ganador.

¿El gran perdedor? El de siempre: el ciudadano común, el que nada quiere saber de política, inclusive, ni a través del voto, pero que por mucho tiempo ha pagado las consecuencias de su indolencia, de su ignorancia, y lo seguirá haciendo.