Cuando era niño, mis padres o abuelos solían decir: "al que mal obra, mal le va", refiriéndose a personas que habrían abusado de la confianza de mis viejos.
Hace algunos días, reflexionaba acerca de Carlos Salinas de Gortari y la larga cadena de tragedias que han sufrido él mismo y su familia, como su expatriación voluntaria a Irlanda por años, pues en su propio país nadie lo quería, el asesinato de su hermano Enrique, 10 años de prisión para su otro hermano, Raúl, quien fue acusado de falsificar documentos oficiales, enriquecimiento ilícito y vínculos con el narcotráfico, el asesinato de su cuñado José Francisco Ruiz Massieu, esposo de su hermana, etcétera. ¡Qué infierno debe ser vivir así!
Por otra parte, el asunto me llevó a reflexionar en Felipe Calderón Hinojosa a quien de igual forma, diversas voces de periodistas, escritores, políticos de oposición y ciudadanía en general, lo vinculan con delincuencia organizada, narcotráfico, con el saqueo de PEMEX, con una batalla selectiva contra algunos grupos de narcotraficantes y protección a otros, batalla que ha arrojado decenas de miles de muertos a nuestro país.
De tal forma que quizás por la impotencia de poder cambiar su forma de pensar y hacerlo corregir el camino, sólo me queda de consuelo ese dicho que solían decir mis ancestros: "al que mal obra, mal le va".
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