Últimamente he meditado acerca de algunas características propias de los mexicanos, no obstante el mucho tiempo invertido para el análisis de estas cuestiones, no logro encontrar respuesta alguna. Es por esto que decidí recurrir a usted. Si consigue ayudarme, obtendrá una valiosa recompensa. Para esto le plantearé algunas de las preguntas que pululan en mi mente:
¿Por qué un país tan vasto como el nuestro, con el potencial de recursos naturales que posee, está pasando por una crisis económica tan severa?
¿Por qué entre millones de personas, quien nos gobierna es precisamente la gente más deshonesta, falaz, insensible y corrupta que puede existir?
¿Por qué nos enorgullece embriagarnos? ¿No deteriora a nuestra imagen? ¿No afecta a nuestra economía? ¿No daña a nuestra salud? ¿No perjudica a nuestras relaciones sociales y familiares? Entonces ¿Por qué nos envanece y hasta presumimos al hacerlo?
¿Por que dedicamos horas y horas al fútbol, a su debate, a sus jugadas, etc., como si eso fuera verdaderamente importante o trascendente en el rumbo del país?
¿Tan relevante es la vida personal de los “artistas” que nos interesa si visten de una forma u otra, si declaran una cosa u otra, si inician una relación con alguien o la rompen, si comen algo especial, si se casan, divorcian, etc.?
¿Cómo es posible que se disfrute de la mayoría de programas de televisión que en casi todo momento son captados por nuestros aparatos televisores? Programas en que podemos apreciar concursos estúpidos con participantes dispuestos a ridiculizarse con sus atavíos o sus acciones, verdaderos imbéciles con micrófono en mano que por proferir frases con doble sentido o bromas tontas, cobran en un breve momento el sueldo que a un campesino le costaría largas jornadas de arduo trabajo, o mejor dicho, que un campesino jamás obtendrá.
Considero que cualquier persona con criterio o cuando menos con un poco de amor propio, se abstendría de este tipo de actividades o haría algo para cambiar esta situación. Sin embargo, con profunda tristeza me doy cuenta de que millones de personas somos quienes participamos en estos errores y no hacemos nada por evitarlo.
Por favor, analice las cuestiones anteriores y si encuentra las respuestas, recibió entonces una recompensa, la gran recompensa de tomar conciencia de nuestra dolorosa y lastimera situación. Tal vez ahora puede empezar a realizar acciones concretas para enriquecer nuestra vida, la vida de millones de mexicanos que necesitamos urgentemente un profundo cambio.